La primera novela histórica que leí del escritor panameño Juan David Morgan https://juandavidmorgan.com/ fue El caballo de oro. Desde las primeras páginas me cautivó por el lenguaje sencillo y, a la vez, poético con que va narrando los acontecimientos de la historia de nuestro país, específicamente de la construcción del Ferrocarril Interoceánico. A veces fue incluso sublime la forma como abordó ciertos momentos de la trama. 

La cabeza de Balboa, libro publicado en septiembre de 2021 por Alfaguara, no ha sido la excepción. Desde que inicié su lectura fui experimentando las mismas sensaciones y supe enseguida que me iba a gustar. 

Mirando por primera vez …

El libro inicia con una cita del austriaco Stefan Zweig, perteneciente a su libro Momentos estelares de la humanidad. La frase me hizo sentir como si estuviera al lado de Vasco Núñez de Balboa cuando miraba por primera vez a la Mar del Sur, como se refiere el autor durante todo el libro al Mar Pacífico:  

“Y Vasco Núñez de Balboa lo contempla

extasiado y conmovido, lleno de orgullo

y satisfacción, consciente de la gloria 

que acaba de conseguir por ser sus ojos

los del primer europeo que ha descubierto

el infinito azul de aquel mar.

Durante largo rato, estáticamente, 

Mira Balboa la lejanía…” 

La antesala perfecta

Posteriormente, antes de iniciar el primer capítulo, el autor nos presenta dos mapas y una lista de los personajes principales de la novela. Estos recursos son la antesala perfecta para preparar al lector para lo que vendrá.

El mapa que me pareció sorprendente fue el de la ruta que siguió Balboa hacia el descubrimiento de la Mar del Sur en 1513. Me hizo pensar en lo intrépido que fue Balboa al emprender esa travesía y en cómo fue posible que después de haberlo logrado lo hubieran decapitado, y nada menos que a manos de su suegro. 

Sobre la sección de los personajes, el autor los va describiendo según el orden en que irán apareciendo en la novela.

El libro inicia 7 años después del descubrimiento de la Mar del Sur y se enfoca en la rivalidad entre dos personajes muy importantes en la historia de la conquista, especialmente para los panameños: Vasco Núñez de Balboa y Pedrarias Dávila. Ellos conviven en Panamá desde 1514 a 1519. La novela aborda el porqué de esa rivalidad y sus consecuencias personales e históricas.  

El recurso: las conversaciones

El recurso literario que eligió el autor para relatar los acontecimientos que desencadenaron la decapitación de Balboa por su suegro Pedrarias fueron conversaciones entre el Papa León X y el cronista Pedro Mártir de Anglería, un sacerdote y humanista italiano, el primero en publicar sus memorias de Indias, a las que tituló Décadas del Nuevo Mundo.

Es curioso que este cronista nunca llegó a estar en el Nuevo Mundo. Juan David Morgan explica en el prólogo por qué eligió a Pedro Mártir como la referencia para los acontecimientos que se relatarían en la novela: “Haber conocido desde muy lejos tan apasionante historia sin duda ha influido en que se le considere el más objetivo de los narradores de Indias y se le haya tildado como el primer periodista de la historia de América”. 

Asimismo, el papa León X había estado recibiendo correspondencia de Pedro Mártir en referencia al descubrimiento del Nuevo Mundo. De hecho, el cronista hacía lo mismo con otros personajes ilustres de esos años. Las cartas eran el medio idóneo para mantenerse informado de lo que acontecía y de esa forma se iba registrando toda la información. El papa León X, queriendo saber más, invitó al cronista a visitarlo en Roma para que le contara de primera mano sobre los sucesos que este había recogido en su libro sobre el descubrimiento de América. Cuál no sería la sorpresa del cronista al saber que el papa se interesaba específicamente en la decapitación de Balboa, pues el hecho de que este haya sido decapitado por su suegro era algo que había impactado e intrigaba mucho al sumo pontífice. 

A partir de allí, la novela se desarrolla a través de las conversaciones que por espacio de dos semanas se realizan en el despacho del papa. Las mismas inician el 26 de noviembre y finalizan el 12 de diciembre de 1520. Cada día se va uno adentrando más en lo que fueron esos años desde que Balboa llega como un polizón al Nuevo Mundo.

Los superhéroes de esa época

Hubo un momento en que los conquistadores españoles me parecieron como los superhéroes de aquella época. Es lo que pensaba mientras leía sobre los peligros que tuvieron que enfrentar y superar. Se habla mucho de que fue la codicia lo que los guiaba, pero yo creo que sin un espíritu de aventura no hubiera sido posible todo lo que lograron. El espíritu de los superhéroes que todo lo pueden. Nada los detiene. Es lo que Juan David Morgan me hacía pensar al avanzar en la lectura. 

“Serpientes, algunas de tamaño inconcebibles, capaces de estrujar y tragarse a un ser humano, y otras, más pequeñas, cuyas mordeduras mataban al instante; grandes felinos, devoradores de hombres que atacaban sin aviso; cocodrilos, que abundaban en ciénagas y ríos; escorpiones, arañas venenosas e insectos, como los mosquitos y las garrapatas, que no por pequeños menos dañinos. Y a tantas calamidades habría que sumar lo escarpado de las montañas selváticas, el caudal turbulento de los ríos, el clima…”.

Los indígenas fueron los aliados de Balboa ya que lo guiaron hacia el Mar Pacífico y también muchos jefes lo acompañaron en su tarea de explorar el Nuevo Mundo. Ahora bien, si los colonizadores fueron los superhéroes, los indígenas sin duda resultaron las víctimas de esta historia. Y así lo plasma el autor en diversas partes de la novela: “…cuando sonaban los disparos los aborígenes creían que los españoles guardaban en los arcabuces el trueno y el relámpago. El temor de pensar que se enfrentaban a dioses permitió a los conquistadores, a pesar de su gran inferioridad numérica, vencer más fácilmente a las tribus indígenas”.

Recorrer el pasado en forma vívida

Juan David Morgan logra sin duda que nos sumerjamos en ese Nuevo Mundo. Recuerdo que cuando leí El caballo de oro experimenté la misma sensación: la de que estaba recorriendo un mundo fantástico. Y este mundo fantástico fue la provincia del Darién que era el centro de las expediciones en esos años. El autor consigue que percibamos lo que nos está narrando de una forma vívida. 

Varias veces estuve tentada, durante la lectura de la novela, de buscar en Google para saber si las referencias históricas y geográficas eran ciertas o no. Por ejemplo, lo que se relata de la mascota de Balboa, Leoncico, así como el ejército de caninos que participaron en los diversos combates. Pero no lo hice. Preferí seguir leyendo. El avance en las conversaciones me generaba más curiosidad por saber los detalles que llevaron al desenlace de Balboa. Llegado ese momento experimenté mucho enojo, pero sobre todo tristeza por la forma como murió Vasco Núñez de Balboa, el descubridor del Mar del Sur. Y no solo él, sino sus más fieles amigos. El celo, el ansia de poder y la traición de Pedrarias y sus colaboradores forjaron su destino. 

De un lado y del otro

El autor en la novela hace también referencia a ciertos acontecimientos que sucedían en Roma para centrarnos en el momento que se vivía mientras el otro lado del mundo era colonizado. Por ejemplo, lo que ocurría con Lutero o las obras en que trabajaba Miguel Ángel en ese momento.

Mientras avanzaba en la lectura, pensé que hoy en día deberíamos hacer como los dos protagonistas del libro: Propiciar conversaciones con los mayores de nuestras familias para conocer su pasado que a la vez es el nuestro. Dedicar momentos en familia para que los más pequeños conozcan de sus antepasados y así podamos conservar nuestra historia familiar. 

De pronto habrá alguno que se anime también a escribirla, así como Juan David Morgan nos regala, con cada una de sus novelas históricas, el tesoro de sentir, de una forma muy intensa, los diversos capítulos de la historia de Panamá.