Me propuse este año leer al menos un libro por mes. Tomé la decisión porque leer me proporciona una sensación de felicidad inmensa.
Leer me apasiona y hace que me sumerja en un mundo fantástico. Los días que tengo en mis manos un buen libro solo quiero seguir leyéndolo, me invade un sentimiento de excitación. Busco robarle tiempo al tiempo para encontrar los ratos de lectura y poder disfrutarlo. Los que son ávidos lectores, como yo, podrán entenderme.
Recientemente, además de novelas, he empezado a leer libros de reflexión espiritual, que nutran mi alma. Los títulos me los recomiendan personas que me guían en ese aspecto. Nunca han fallado en las recomendaciones que me han dado.
Uno de estos libros, El camino de la felicidad, fue mi primera lectura de este año. Su autor es Francisco Ugarte Corcuera y fue publicado por Ediciones Rialp.
Desde que inicié su lectura no me pude despegar de sus páginas. Incluso tuve que buscar un cuaderno de notas para ir apuntando frases que me hacían reflexionar. Muchas veces volvía a un capítulo para leer alguna parte en la que quería ahondar.
Todos queremos ser felices
Todos queremos ser felices pero el principal obstáculo para lograrlo suele ser el resentimiento.
Esta frase resume lo medular de este libro.
Al ir avanzando en la lectura descubrí que no guardo ningún resentimiento por nadie. Y no es que no haya recibido alguna ofensa en algún momento de mi vida. Lo que pasa es que decidí que no puedo vivir sintiendo enojo por alguien ya que esos sentimientos alteran mi paz interior y me roban la felicidad que he logrado albergar en mi alma.
En el libro se explica que el perdón es la clave para liberarse del resentimiento y que, si no lo hacemos, no podremos ser felices. Profundiza además en que, así como Jesús perdonó a los que lo llevaron a la cruz y a todos los que lo ofendieron, cómo nosotros no podemos a hacer también lo mismo con los que nos ofenden.
Algo que me ha ayudado a mantener el estado de felicidad, a perdonar, a no guardar resentimiento, es portar en mi cuello un crucifijo. Fue el regalo de Navidad que me hizo mi esposo. Quería tener presente que no hay nada por lo que deba alterarme si pienso en lo que sufrió Jesús.
Tomar esta decisión ha permitido que siempre me sienta feliz. Es un estado interno que amigos y familia me dicen que se refleja en mi exterior. Es muy raro que me disguste, que pierda el control. Y no significa que no tenga situaciones que me preocupen, conflictos de algún tipo. Lo que pasa es que no dejo que eso altere mi estado de felicidad.
Esto que les comparto lo vine a comprender leyendo este libro. Eran aspectos que sentía. No comprendía lo que ha significado en mi vida actual el no guardar resentimientos.
El alma, la mente y el cuerpo
Otro de los aspectos que aborda el libro es establecer un orden en cada uno de los aspectos de la vida. Una persona está compuesta por su alma, por su mente y por su cuerpo. Sin embargo, debemos cuidar cada uno de ellos, haciendo las cosas que abonan en mantenernos en el camino de la felicidad. Esto es algo que poco a poco había incorporado en mi vida, pero leyendo el libro comprendí que es otro de los aspectos que contribuyen a la felicidad que siento.
Por lo que ahora más que nunca veo mi vida como un todo. Cuido y alimento mi alma, mi intelecto, mi cuerpo. Y cada aspecto requiere un plan de vida.
Esto significa poner la casa en orden, mi vida en orden. Establecer prioridades en cada uno de estos aspectos escogiendo lo que me hace feliz. Tener esto presente me ayuda en la toma de decisiones.
Referente a mi intelecto, algo que me da felicidad es leer. De allí surgió uno de mis propósitos de este año: leer al menos un libro por mes. Además, esto es importante para mí, ya que para los que hemos decidido dedicarnos a la escritura, leer nos adentra en nuevos mundos, hace que la llama de la inspiración se mantenga encendida. Al menos es lo que me pasa a mí.
Para escribir, debes leer y mucho. No recuerdo quién me dijo esta frase. Y no es que no estuviera leyendo, sino que no era constante y muchas veces dejaba un libro por la mitad porque no me gustaba. Ahora decidí que, antes de empezar un libro, otra aventura, verificaré bien el tema que aborda para minimizar los que no pueda terminar. Porque como hago lo que me hace feliz no voy a dedicar mi tiempo a algo que le provoque inquietud a mi alma. Lo que haré es seguir con otro. No dejar de leer.
Referente a mi cuerpo, siempre me ha gustado hacer ejercicios. Pero no estaba siendo constante. Sin embargo, a raíz de un medicamento que tengo que tomar por cinco años, el cual, entre otros efectos, reduce mi masa muscular, me hace ganar grasa en el cuerpo y me provoca dolores en las articulaciones, se volvió una prioridad y un reto. Me dije que esa pastilla no iba a poder conmigo. Y como hacer ejercicios es algo que me hace feliz, ahora es otro de mis propósitos de este año.
Desde octubre del año pasado, inicié un plan que incluye peso, resistencia y equilibrio, algo que nunca había hecho. Esto ha requerido de mucha disciplina y hasta ahora lo estoy logrando. Mi masa muscular ha aumentado y la grasa de mi cuerpo ha disminuido. Y cesaron todos los malestares en el cuerpo. Como hacer ejercicios es parte del camino que debo recorrer para mantener mi felicidad, me esfuerzo cada día por avanzar más.
En el gimnasio he hecho amigos, sobre todo de la tercera edad. Un señor en particular siempre me pregunta cuando me ve sonriendo que si ya terminé de ejercitarme. Y cuando le digo que no, me dice que él solo sonríe cuando termina. Dice que yo soy la única persona que observa sonriendo mientras hace la rutina que el entrenador me va indicando. Y es que disfruto lo que estoy haciendo. He decidido disfrutar cada cosa que hago.
Y referente a mi alma, lecturas como El camino de la felicidad contribuyen a nutrirla de pensamientos positivos. Me hacen reflexionar y ver en qué estoy fallando. Este tipo de ejercicios cultivan mi estado de felicidad. Así como otras herramientas que he elegido que sean parte de mi vida, como los retiros mensuales, el retiro anual, meditaciones diarias y la dirección espiritual.
Doy gracias a la persona que puso este libro en mis manos. Como ven, me hizo reflexionar sobre variados aspectos. Fue la mejor forma de iniciar el 2023. Definitivamente les recomiendo su lectura.
Annie
precioso Tere. Gracias por inspirarme. Eres un Angel
❤
Myrna rojas pardini de carles
Tere, que satisfacción sentir paz interior y enfocar nuestra mirada a Dios. Gracias por compartir tu experiencia
Teresa Azcarraga
Gracias Tere. La felicidad esta dentro de cada uno de nosotros. Y la buena actitud es la clave. Como todos somos humanos, aveces flaqueamos en ese.camino, nos caemos y volvemos a levantarnos. Las piedras en el camino nos atajan pero luego nos levantamos, limpiamos el polvo y seguimos adelante! Gracias por tus palabras inspiradoras. Tere
Mirna
interesante saber q estamos en esta vida terrenal evolucionando para ser seres d luz.
keep on walking, dearie!
Clarisa Kelley
Estuvo muy bonito el artículo te felicito Tere