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Mi Regalo de Navidad

Como compartí recientemente, este es el primer año que rezo la Corona de Adviento. Ha sido una experiencia sublime hacerlo con mi esposo cada domingo. ¿Y por qué ha sido así? Porque él siempre ha sido muy reservado en su fe. Yo antes también lo era. Este año, varias veces lo había invitado a rezar el rosario conmigo, pero siempre me decía: “yo rezo en las noches” o “yo rezo a mi modo”. Así que lo dejaba hasta allí. No insistía hasta que volvía a tirarle alguna indirecta y la respuesta era siempre la misma.

Sin embargo, la Corona de Adviento ha logrado una comunión entre ambos que nunca pensé lograr. Desde el día que le dije que quería rezarla me dijo que estaba de acuerdo. Él es quien busca los fósforos, prende las velas y canta conmigo: “Ven, ven, Señor, no tardes. Ven, ven que te esperamos. Ven, ven, Señor, no tardes. Ven pronto, Señor”. 

La guía que he usado me la compartió una amiga. Se llama “Para rezar el Adviento en familia” y fue preparada por el padre José Marroquín con textos del P. Luis Martínez de Velasco, Q.E.P.D.

Es un rato que compartimos los dos juntos. Ha sido un caminar al encuentro del Niño Dios junto a María y José, profundizando en el real sentido de la Navidad con reflexiones de San José María Escrivá De Balaguer. Por ejemplo: 

«Cuando llega la Navidad, me gusta contemplar las imágenes del Niño Jesús. Esas figuras, que nos muestran al Señor que se anonada, me recuerdan que Dios nos llama, que el Omnipotente ha querido presentarse desvalido, que ha querido necesitar de los hombres. Desde la cuna de Belén, Cristo me dice y te dice que nos necesita, nos urge a una vida cristiana sin componendas, a una vida de entrega, de trabajo, de alegría». 

“La Navidad está rodeada también de sencillez admirable: el Señor viene sin aparato, desconocido de todos. En la tierra solo María y José participan en la aventura divina. Y luego aquellos pastores, a los que avisan los ángeles. Y, más tarde, aquellos sabios de Oriente. Así se verifica el hecho trascendental con el que se unen el cielo y la tierra, Dios y el hombre”. 

Cada semana ha incluido un cuento a fin de hacernos reflexionar sobre el peregrinar en que nos encontramos en el Adviento hasta llegar al nacimiento del Niño Jesús.

El cuento del tercer domingo me impactó muchísimo y quiero que ustedes, mis lectores, también lo conozcan. Se llama:

El mejor regalo de Navidad

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados estaban allí. Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.

Se acercaban los días de fiestas navideñas, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan, por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos cómo María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.

Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Al terminar la historia, les dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño les dimos un pedazo de papel cuadrado, cortados de unas servilletas amarillas que yo había traído conmigo, pues no había servilletas de colores en la ciudad.

Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora americana al irse de Rusia, fueron usados para la cobija del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.

Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo normal hasta que llegué a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha. Tenía alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver, no uno, sino dos bebés. Enseguida llamé al traductor para que le preguntara al chico por qué había dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca al bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo: 

«Y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije ‘no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme’. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con Él. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle, como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé qué podría darle de regalo. Pensé que, si lo pudiera mantener caliente, eso sería un buen regalo. Le pregunté a Jesús: ‘Si te mantengo caliente, ¿sería eso un buen regalo?’. Y Jesús me dijo: ‘Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado’. Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con Él… ‘para siempre'». 

Mientras el pequeño Misha terminaba su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que le salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sabre su cara, bajó su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba. El pequeño huérfano había encontrado a alguien que nunca lo abandonaría o abusaría de él; alguien que se mantendría con él… para siempre.

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta no es lo que uno tiene en su vida, sino a quién tiene uno en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de veras lo invitó a estar junto a Él, para siempre. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño.

Aquí termina este cuento que, al menos a mí, me estremeció. La enseñanza que me deja es que nunca estamos solos. El Niño Jesús está siempre a nuestro lado. Entregaría su vida por nosotros y con ella su regalo, la esperanza de la vida eterna en el cielo. 

Y a ti, ¿qué enseñanza te deja? 

Te invito a que estos días que faltan para el nacimiento del Niño Dios te unas al peregrinar de María y José en total confianza, alegría, preparando tu alma para acoger al Niño Jesús en tu corazón.  Una forma es rezar la Novena de Navidad que finaliza el 24 de diciembre.

Yo, por mi parte, disfrutaré el rezar el último domingo de Adviento con mi esposo, esperando que sea el comienzo de más ratos de oración juntos.

Novena de Navidad que está realizando Catholic-Link y 10minconJesús. Es una transmisión en vivo todos los días a las 3:00 p.m. a través del instagram @10minconjesusal, el Facebook de Catholic-Link Español y por el Canal de YouTube: 10 min con Jesús. (abrir el video en you Tube).

Comments(14)

    • Estela Alvarez

    • 3 años ago

    La verdad es q me conmovio muchisimo leer esta historia. Gracias Terele

    • Denise Arosemena

    • 3 años ago

    Muy hermoso el Cuento de Navidad, Tere. Dios está siempre con nosotros. Nunca nos abandona. En esta Navidad lo más importante es compartir juntos en familia el nacimiento del Niño Dios.

    • Carmina de Moreno

    • 3 años ago

    Bello cuento del niño ruso. Muy tierno. ❤️❤️

    • María Isabel Arenas

    • 3 años ago

    ¡Hermosa historia!

    • Aracely de Duque

    • 3 años ago

    Hola Tere, muy linda y tierna la historia que incluiste en este ultimo escrito sobre Mi Regalo de Navidad. Realmente, tal como reflexiona uno de los instructores que les relató la historia del nacimiento de Jesús, ese niño huérfano fue realmente invitado por Jesús a estar con El para siempre. Así actúa nuestro Jesús!! Nunca nos deja solos.
    Que bueno que has logrado compartir el momento de Oración durante cada Domingo de Adviento con tu esposo Ramiro. Definitivamente, ese ha sido el regalo de Navidad más lindo que has recibido en esta época Navideña. Estoy segura que es el inicio de muchos momentos de Oración juntos.

    He estado haciendo la Novena de Navidad. Muy linda!!

    Te felicito!! Continúa escribiendo!

    • Magally Garcia

    • 3 años ago

    Que lindo Tere, no hay mayor felicidad el que te acompañe tu esposo a rezar❤️ La familia que reza unida permanece unida. Ya tengo un tiempo haciéndola y todos acompañándome, es una época para vivirla en familia.

    • Clarisa Kelley

    • 3 años ago

    Tere estuvo muy bonito el artículo.

    • Evelina Arango

    • 3 años ago

    Tere gracias por compartir tus experiencias de vida espiritual y por el cuento. Felices fiestas y que Dios te bendiga.

    • Myna rojas Pardini de carles

    • 3 años ago

    Tere, que enternecedora la historia de Micha, dar su calor humano es un bello e insuperable regalo. Esta pandemia nos ha arrebatado esos abrazos y contacto humano, rezo para volver a sentir wl contacto humano, regalar y recibir una sonrisa

    • Regina Fuentes

    • 3 años ago

    Tere precioso y conmovedor.

    • Angelique de Burgos

    • 3 años ago

    Que belleza llore de la emoción con el cuento y como se asemeja tanto a nuestras vidas que muchas veces somos huérfanos de amor y de Fe. Que el niño Jesus nos mantenga calientitos y abrigaditos. Sobre todo en esta Navidad que para mi es tan parecida a esa primera Navidad. Lejos de nuestros familiares, libres de fiestas y celebraciones solo con los mas cercanos, privándonos de muchas cosas y con la esperanza que vengan tiempos mejores. Bienvenido Niño Jesus.

    • Pamela Aviles

    • 3 años ago

    Bella historia, muy profunda y muy tierna para orientarla a momentos de orfandad que cada uno puede sentir . Ante la contrariedad o algún temor , si suelo repetir que no estoy sola, pero esta historia me lo visualiza ahora, verme apegadita, acompañada en la misma cuna con el calor de Jesús. Gracias por compartir. Hoy estoy en la Clínica esperando unos análisis médicos pero no estoy sola. 💒

    • Xenia Garcia

    • 3 años ago

    Hola Tere!
    ¡Qué hermoso tu post! Aunque lo leí apenas salió, no me había sido posible escribir mi comentario.

    Una belleza por una parte por el cuento que nos deja con nudos en la garganta y por otro, el testimonio de tu esposo Ramiro. Esto me recuerda que Dios siempre está a nuestro lado, tocándonos; lo único que muchas veces no nos damos cuenta. Pero tengo que decirte que cuando nos damos cuenta, es una alegría, es una emoción; que tristemente pronto se nos olvida. Pienso que el niño Dios tocó a tu esposo con la Corona de Adviento. Estoy segura que en la próxima invitación a hacer alguna oración, lo va a pensar, aunque la respuesta sea la misma. Dios lo volverá a tocar y él lo va a volver a sentir, no lo dudes.

    En cuanto al cuento, el niño Dios tocó el corazón del niño huérfano, pero para toda su vida. Él quiso desde su corazón darle un regalo y le dio lo que tenía, su calor, su amor y su inocencia. Jesús aprecia más esto que si le hubieran ofrecido juguetes, ropa o cualquiera cosa material. En este 2020, la Navidad ha sido muy diferente para muchas personas, ya sea por falta de recurso económico, por no salir, por estar enfermos o porque hemos entendido que el homenajeado no recibe regalos y tenemos de alguna forma ser empáticos. El Niño Dios quiere nuestra atención, nuestra contemplación, nuestro amor; tal como cualquier otro niño. Qué difícil se nos hace con tanto ruido en el ambiente: consumismo, comilonas, arreglos externos, música estridente (no necesariamente de Navidad), etc.

    Esta Navidad 2020 será inolvidable por lo sencilla y hermosa que ha sido (en mi caso). Una cena modesta solo mi hijo y yo. Nos acostamos temprano y al día siguiente la misa televisada, y no faltó nuestro canto de cumpleaños al Niño Dios con la vela, un pedazo de dulce y helado (el cantado es tradición con mi hijo). El celular estuvo a un lado, por lo que todos los mensajes recibidos los leí tarde. Fue definitivamente muy diferente a otros años.

    Solo me queda darte gracias por tu escrito.

    Un abrazo, Xenia

    • Elba Verastegui

    • 3 años ago

    Querida Tere, te escribe una compañera del Club Ribeyro, he leído lo que has escrito en este blog y quiero felicitarte por tu gran sensibilidad, devoción y fortaleza en la fe. Me conmovió el relato del pequeño Misha y el regalo a Jesús! También tu comentario sobre la Corona de Adviento, como lo comentas la Navidad 2020 fue diferente y permíteme compartir un detalle, acostumbrada a celebrarla con hijos y mis cuatro nietos, cada domingo de Adviento coloque sus fotografías rodeandola y así sentí que rezamos y encendimos las velas juntos! Sigue escribiendo querida Tere y que el Señor te bendiga.
    Elba

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