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Saben que siempre hago énfasis en la importancia de la mente positiva, en no permitir que la infantería del cuerpo se acobarde y que deje de estar alerta para cualquier amenaza. Ahora bien, la semana pasada, por unas horas, mi cuerpo estuvo expuesto ya que me dejé sumir por la tristeza y el dolor. Ahora he analizado que una cosa se fue uniendo con la otra para que llegara a ese estado.

Cuando dieron el anuncio del cierre del aeropuerto, mi hijo menor estaba visitando a su novia que hace su residencia de ginecología en Michigan. Para ese momento, ya estaba trabajando en forma remota así que su decisión fue quedarse con ella para apoyarla. La semana pasada nos dijo que en el hospital se estaban quedando sin mascarillas y guantes. Me sentí morir: la potencia más grande del mundo no tenía suficientes suplementos para sus médicos. Logré armar un paquete para mandarles por DHL mientras recibían los que ellos habían pedido, que les llegarían a mediados de abril. Además, las noticias desde Estados Unidos eran confusas: no había coherencia en las decisiones tomadas. Cada Estado parecía llevar su propio rumbo y los casos del Covid-19 en todo el país ya superaban a los de China. Los expertos indicaban que pronto Estados Unidos sería el epicentro del virus. 

Viaje en el 2014 a Las Vegas. Foto en el Cañón del Colorado.

Esa semana también era el aniversario de mi cirugía en la que me detectaron el cáncer de ovario. Me correspondía una serie de exámenes, pero me llamaron del hospital para cancelarlos. El doctor Barés me dijo que no me expusiera. Así que todo quedaba en pausa.

Por si fuera poco, por esos días recibí la noticia de la muerte del esposo de una amiga. Me estremeció de tal modo que no podía dejar de llorar. Ella se quedaba viuda muy joven y de una forma impensable: sin poder despedirse de su esposo ya que ella estaba en casa pasando el aislamiento con su hija. Su familia no pudo ir a apoyarla en un momento así. Su esposo había muerto solo. 

Si bien cada día crece el número de muertos en otras partes del mundo a causa de la pandemia, enterarme de una muerte tan cercana es otra cosa. La sentí como si fuera a mí que me estuviera pasando. Y es así, de alguna manera: es en mi querido país donde ya tenemos más de veinte muertos por el Covid-19. 

Ese día no lograba calmarme hasta que recibí un mensaje de mi hermana Marta, quien me recordaba la misa que oficiaría monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, a las diez de la mañana. Corrí a bañarme para prepararme y verla por televisión. No se los voy a esconder: durante la misa seguí llorando. Estaba sola. Ramiro se dio cuenta de que necesitaba ese espacio de recogimiento y vio la misa en la terraza. El sermón de nuestro líder de la Iglesia panameña era lo que yo necesitaba escuchar:

Nuestra respuesta desde la fe es Jesucristo, señor de la historia. Él es nuestra luz. Él es nuestra esperanza. Él es la roca que en medio de la fragilidad humana nos sostiene. Estamos en tiempos de volver a Dios para darle la centralidad de la vida de cada uno de nosotros. De redescubrir su bondad y su misericordia para detener la pandemia que sufre la humanidad. Los hombres de fe tenemos el recurso de la oración. Una oración fervorosa para que Dios en su infinito poder nos dé la sabiduría, los recursos, pero sobre todo el compromiso de quedarnos en la casa.

Hubo un momento de la ceremonia en que monseñor pidió que nos postráramos de rodillas y eso hice. En ese instante pedí por mi amiga, por sus hijos, por su familia; por todos los que han perdido un familiar y no se han podido despedir de ellos. Por todos los que han muerto y siguen muriendo solos a consecuencia de esta pandemia. Por todos los que tenemos hijos o algún familiar fuera del país. Por todos los que hoy arriesgan su vida para que yo pueda estar en casa. Pedí por nuestro presidente y todo su equipo de gobierno: que Dios los ilumine para tomar las mejores decisiones para nuestro país. 

Al terminar la misa, bajé a la terraza para recibir con Ramiro la bendición urbi et orbi que daría el papa Francisco: un evento único para el mundo cristiano porque sería la primera vez que el papa la impartiría completamente solo en la Plaza de San Pedro. Fue un momento de recogimiento y no pudimos dejar de tomarnos las manos mientras duró la ceremonia.

No había llorado tanto desde los días que esperaba el resultado de la biopsia el año pasado. Esos días experimenté un estremecimiento espiritual que transformó mi vida. Sentí la muerte acechándome y solo hallé consuelo en Dios. Comparto esta experiencia en Te ofrezco mis puertas y en el video de la presentación que está en mi canal de YouTube. Volví a sentir lo mismo mientras presenciaba la misa con nuestro nuncio apostólico y, después, durante la bendición papal. No dejaba de llorar. Me calmaba, pero luego las lágrimas volvían a salir.

“Jesús trae serenidad en nuestras tormentas”, fue una de las frases que dijo el papa. Y eso fue lo que sentí al finalizar la trasmisión. “Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida”, dijo en otro momento. 

Sentí la impotencia y le cedí otra vez el control a Él, tal como hice desde antes de iniciar la quimioterapia. Y tuve la imperiosa necesidad de escribirlo.

Al día siguiente, si bien mi ánimo era otro y estaba tranquila, empecé a sentir un malestar general localizado en la parte interna y delantera del cuello. Algo que nunca había experimentado. Ese día incluso me quedé dormida más de dos horas a media mañana. Algo que no me pasaba desde los días de la quimioterapia. Sin embargo, como no tenía tos ni fiebre, todo estaba bien. Al día siguiente, amanecí con más malestar en la garganta y le pedí a Ramiro que me la viera: tenía un punto blanco. Llamé al doctor y me dijo que, como no tenía fiebre ni tos, solo debía hacer gárgaras de agua tibia con sal. Entendí que mi cuerpo estaba peleando con algo que yo había dejado entrar al bajar las defensas. Ahora que les escribo todavía no me siento bien. Ya se fue el punto blanco, sigo sin tos ni fiebre, pero me encuentro agotada. Estoy haciéndole caso a mi cuerpo y estoy descansando; si tengo sueño, sencillamente duermo. Espero en los próximos días irme sintiendo mejor. Ya les contaré cómo me va en el próximo post.

No sabemos por cuánto tiempo será la cuarentena en nuestro país. Ya estamos recibiendo noticias de China, que ha vuelto a cerrar sus fronteras por los casos importados. Así que solo nos queda confiar en nuestras autoridades y en nuestro sostén espiritual. Tal como lo dijo el papa ese día: la bendición era para todo el mundo. No importa la fe que profesara. Así que cada cual irá encontrando su asidero espiritual, porque para mí es un hecho que todos lo necesitaremos en un momento u otro durante los meses por venir, hasta que se encuentre una vacuna.

Si bien se han dado otras pandemias en el pasado, es la primera vez que una paraliza a prácticamente todo el planeta. Y digo prácticamente porque hay países que, al cierre de este post, todavía se niegan a restringir la circulación. Pareciera que priva más el sostén económico que las muertes y el colapso de los sistemas de salud, que son el verdadero problema de este virus. 

Nelson Mandela dijo lo siguiente: “El coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo”.

Yo sentí miedo, tristeza, impotencia ese día y mi cuerpo se debilitó. Pero como aprendí de Julieta de Diego de Fábrega durante la quimioterapia: no soy una súper mujer. Soy de carne y hueso. Hay que permitirse cansarse, llorar; simplemente vivir. 

Pero ahora nuestra vida se circunscribe a nuestro hogar. La puerta principal permanece cerrada y las que abrimos son las internas de nuestras casas y de nuestro corazón. Estoy convencida de que todos estamos descubriendo cosas que estaban allí, pero que no veíamos, y que ahora en este aislamiento forzado están saliendo a flote. Pueden ser físicas o emocionales. Cada cual sabrá cómo manejar esos descubrimientos. Podrán ser cosas tan simples como aprender a poner un foco o hervir un huevo porque quien lo hacía no está trabajando en casa. O aprender a vivir sin almuerzos con amigas y amigos; sin idas al salón de belleza y verse al natural en el espejo. O como Reina, muñeca valiente, sin esa copita de vino en la noche ya que la ley seca no lo permite. O como Aída, que trabaja con nosotros desde hace más de 30 años y no ha podido ir a su casa en El Valle. Ella decidió quedarse en Panamá para no poner en riesgo a su familia.

En mi caso, uno de mis descubrimientos ha sido aprender a convivir muchas horas al día con mi esposo. Si bien vamos para treintaicinco años de casados, pasábamos la mayor parte de la semana cada uno en sus actividades. Como ya saben, a mí me gusta estar en casa. Puedo pasar días sin salir. Aprendí a disfrutarlo durante la quimioterapia donde me reencontré con la escritura. He llegado a pensar estos últimos días que fue una preparación para esta nueva prueba. Pero ahora Ramiro y yo estamos aprendiendo a darnos nuestros espacios en casa. Lo estamos logrando. Y en esa convivencia procuramos la armonía, sabiendo escuchar cuando el otro te dice: por favor, baja la voz o quiero estar solo en este momento. 

Almuerzo el martes 3 de marzo, el último antes de iniciar el aislamiento.

Por otro lado, todos estamos lidiando con cargas que ahora no se pueden tirar a otro lado. Hay que vivir con ellas hasta que el Covid-19 no sea una amenaza para la salud colectiva. Y si hay días que te sientes flaquear, como me pasó a mí, llora, busca con quién hablar, refúgiate en Dios, pero no te paralices. Hay que seguir en casa con nuestras labores, responsabilidades y tratar de lograr espacios para hacer las cosas que nos apasionen. 

Cuanto antes lo aceptemos, será mejor para todos. 

Ahora, te invito a mirarte internamente y descubrir: ¿Cuáles son las rocas que te sostienen en este momento?

Foto tomada en viaje a Londres en el año 2015.

Comments(31)

    • Regina Fuentes

    • 4 años ago

    Gracias Tere!!! Tus reflexiones llenan el alma de paz!!Pongamos de nuestra parte el saber llevar este aislamiento que es un crecer para adentro en comprension y saber descubrir en quien nos rodea todo ese mundo interior lleno de amor. Dios esta con nosotros!!!
    Sigue escribiendo.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Regina, tus palabras me alientan a seguir escribiendo.
      Dios está con nosotros.

      • María Elena Alvarez Osorio

      • 4 años ago

      Prima bella, la Fe es nuestro mejor motor y sé que esto va a pasar. No sabía que Juan había quedado varado allá. Me conforta tanto tus escritos. Sólo te pido que no te estreses ya que eso baja las defensas. Al terminar esta pandemia tenemos que volvernos a reunir. Cuídense mucho. Saludos a Ramiro. Te quiero mucho. 🤗

    • Myriam Lemos de Pretto

    • 4 años ago

    Mi querida Tere muy profundo tu mensaje .
    La vida nos enseña que tenemos que estar atentos , abiertos para aprender de todas las experiencias vividas .
    Tener a tu hijo lejos estos momentos es muy difícil de manejar por eso te comprendo tu sufrimiento .
    Lo hermoso es que llegaste a donde tenemos que llegar a confiar en Jesús él cuidará a Juan Antonio .
    Dios te bendiga a ti y tu bella familia 🙏

    • MynaCale

    • 4 años ago

    Tere, igual que tu he llorado un par de veces, llorar no es malo, es parte del ser humano, ayuda a liberar el stress. Mi roca es Dios y La Virgen, rezo todas las madrugadas, es una oración por mi Panama, por el mundo por que el bienestar de ambos garantizarán el bienestar de mi familia. Juntos saldremos adelante 🙏

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias por compartirme tu sentir.
      Quiero que sepas que al escribirme me alientas a seguir haciéndolo.
      Juntos saldremos adelante.

    • Vielka Tejada

    • 4 años ago

    Excelente como siempre y no se porque cuando Usted escribe me veo retratada en cada una de sus actividades y acciones. Pues al igual q Usted además de la pandemia, sabe la situación q he pasado con mi ahijada y también me he sentido descompensada y bueno me tocaba cita y si alcance hacerme mis exámenes rutinarios lo q si la doctora no me pudo ver físicamente sino a través de llamada y me dijo todo bien sólo ha bajado un poquito la hemoglobina pero no es representativo. Creo todo lo q me ha pasado es porque finalmente después q mi ahijada salió del Hospital como q he descargado todo el estrés reprimido.
    Pero seguimos con Félix porque nosotras ya la enfermedad nos ha dado la oportunidad de encontramos con Cristo, sabemos y confiamos en Él.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Vielka, siento que Dios ha permitido que por medio de Te ofrezco mis puertas nos conociéramos y estuviéramos viviendo juntas este momento. La prueba que estás enfrentando con tu ahijada es muy dura, pero tienes a Dios como tu roca, es quien te sostiene. Tus palabras me alientan a seguir escribiendo.

    • Myriam Lemos de Pretto

    • 4 años ago

    Como siempre que forma la tuya tan linda y espiritual de escribir .
    Cuando estes triste cómo estabas recuerda tienes amigas como yo y me puedes decir pero lo más importante se lo dijiste a Diosito y él te calmo .
    Bendición 🙏

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Así mismo fue Myriam: Dios fue mi refugio en medio de esa tormenta. Mi corazón ya está sereno, confiándole a mi hijo y su novia. Que los cuide y que regrese sano. No veo el momento de abrazarlo otra vez.
      Gracias por siempre escribirme. Cada comentario que recibo me alienta a seguir escribiendo.

    • Miriam velez

    • 4 años ago

    Buenas tardes señora tere…Dios me le síga regalando muchas mas bendiciones…me alegra el alma su bella lectura q nos regala y esas palabras tan bellas q Dios pone en su boca…mil gracias su fiel admiradora:miriam velez(salon de belleza)..

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias Miriam por escribirme y me alegra que esta lectura te haga bien.
      Ya sé que mi libro lo leíste en solo tres dias. Gracias.
      Cuídate mucho y gracias por alentarme a seguir escribiendo.

    • Eduardo Molino Paz

    • 4 años ago

    Mi querida amiga lo que estamos viviendo es surreal. Ninguno de nosotros había vivido algo así. Hemos leído sobre pandemias y visto películas en el cine y Netflix sobre el tema comiendo popcorn, alitas de pollo o helado. Nadie esta preparado para algo así. Potencias y países como el nuestro, no pueden con esto. Anoche me puse a investigar que países no tenian covid-19. Estos son Sudan del Sur, Burundi, Lesoto, Malawi, Turkmenistán, Tajikistán, Corea del Norte, Islas Salomón, Vanuatu. Samoa, Tonga y Niue, según El Mundo que cita a la OMS. Bien por ellos y ojala sea así.
    Los caídos en esta guerra son muchos y de todas las razas, credos, género y edad. Duele y solo los que tenemos memoria cuando esto pase, lo recordaremos. Mis nietos lo aprenderan en la escuela o lo veran en sus tablets o móviles como se llamen dentro de algunos años estos equipos.
    Toca cuidarnos y contactar a nuestros amig@s, colaboradores y conocidos que, han perdido un familiar por culpa del virus y mostrar nuestra solidaridad, ahora, de forma virtual. Si salimos de esta, lo haremos personalmente. Mientras tanto los que creemos, seguiremos rezando para que DIOS nos de fuerzas como se la dió a su HIJO JESUS durante 40 días y noches en el desierto.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias amigo querido por siempre escribirme.
      Como ya he dicho anteriormente cada comentario que recibo me alienta a seguir escribiendo.
      Los datos que compartes son incesantes sobre los países que no tienen el COVID19. Lo de Corea del Norte no lo creo mucho, la verdad, pero bueno, ya veremos. Al menos siento que Panamá está haciendo lo que tiene que hacer y rápido. Mi familia y por sobre todo, Dios es mi roca. Sin EL no podemos. Un fuerte abrazo.

    • Ernest M R

    • 4 años ago

    Tere,
    ¡Que hermoso lo que has escrito!
    Estamos frente a algo inmensamente grande y la Fé mitiga cuanto nos puede llegar a afectar.
    ¡Muchas Bendiciones!.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Hola Ernest, gracias por tus palabras. Cada comentario que recibo me motiva a seguir escribiendo.
      Y es así como dices: es la fe la que mitiga nuestro dolor, angustia, incertidumbre. Tener a Dios como nuestra roca es lo que me permite seguir cada día. Cuídate mucho.

    • Margarita Santacoloma

    • 4 años ago

    Muy lindo y opirtuno mensaje Tere! Te mando 1 fuerte abrazo. Bendiciones!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias amiga por escribirme. Cada comentario que recibo me alienta a seguir escribiendo.
      Cuídate mucho.

    • Maria del Carmen Correa de Barés

    • 4 años ago

    Hola Tere,
    Una vez más nos sorprendes con tu letra sentida y de corazón abierto.

    El poder hablar de tus miedos, tristezas, inseguridades, de tu amor por tu familia y tus amigos con tanta sensibilidad, te describe como una gran persona, además de una buena escritora!

    Tus mensaje de Fe Cristiana nos inspiran a ver más adentro, en busca de lo que siempre hemos tenido dentro de nosotros mismos, que es el Amor de Dios.

    Mientras pase esta tormenta saquemos lo mejor de nosotros, tú lo estás haciendo muy bien, porque eres inspiración!

    Te mando un gran abrazo!
    Las fotos también me encantaron, jeje…
    Sigue escribiendo!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Hola Maricarmen, tus palabras me motivan a seguir escribiendo.
      Cada comentario que recibo me hace reflexionar también.
      Me gusta mucho saber lo que opinan los lectores de mis post.
      Le pido a Dios que me ilumine para poder seguir haciéndolo.
      Igual, un abrazo.

    • Angelique de Burgos

    • 4 años ago

    Muy inspiradoras tu palabras Tere. Me identifico con muchos de tus sentimientos. Igual que tu preocupada por tener a mi hija lejos. Aquí es donde Dios nos esta probando la Fe a cada uno de nosotros. Solo nos queda abandonarnos en el por completo. Tirarnos hacia atrás en sus brazos con la seguridad que el nunca nos dejara caer. Y darle gracias. Todos los días por su amor incondicional. Jesús en Ti Confío, Jesús en ti Confío, Jesús en ti Confío.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Así es amiga: Jesús en ti confío.
      Cada comentario que recibo de mis post me alienta a seguir escribiendo.
      Y tú, desde el día uno lo has hecho.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Amiga, no había visto este comentario tuyo.
      Como siempre, tus palabras me inspiran y me alientan a seguir escribiendo.
      Jesús en ti confío.

    • Victoria García de Kupfer

    • 4 años ago

    Me encantó Tere! Cuántos cambios en nuestras vidas se han dado en tan poco tiempo.
    De algo tan negativo, tengo fe que surgirán cosas muy positivas para todos.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias Vicky por escribirme. Me alienta a seguirlo haciendo.
      Opino igual que tú: surgirán cosas muy positivas para todos de la mano De Dios.
      Pido por tus tres hijas.

    • Lourdes Sanidas

    • 4 años ago

    Realmente muy sabías tus palabras Tere. De esta experiencia aprendiendo. Tus palabras me inspiran. Parece mentira pero he notado el poco tiempo que uno pasa en casa. Dios nos permita toda su sabiduría y que nos brinde paz espiritual y fuerza en estos momentos. Excelente. Saludos

    • Julissa Del Carmen Estrada Arosemena

    • 4 años ago

    Tere, me encantó tu post y me sentí muy identificada con mucho de lo que mencionas.

    El mensaje me pareció muy profundo: de acercamiento a Dios, fe y esperanza.

    Coincido con tu hijo en que procedió de tu corazón.

    Te invito a seguir compartiendo este don que te ha regalado Dios con los demás.

    Felicidades!

    • Liz Delgado Linares

    • 4 años ago

    Muy profunda tu reflexión Tere, me encantó! Mi roca es Jesús en quien he podido afianzar mi fe durante este tiempo difícil. Un abrazo, Liz

    • Mirta Arrocha de De la Guardia

    • 4 años ago

    Querida y valiente Tere. Tu escrito refleja sentimientos y acciones que cada uno de nosotros ha sentido en algun momento en estos dificiles y tragicos momentos, de modo personal, familiar, de amistades cercanas, del pais y del mundo entero. Tu tienes el DON, de escribirlo y nosotros el placer y emocion de leerlo! Gracias

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Hola Mirta, hasta ahora veo este comentario. Gracias por escribirme y por leerme siempre.

    • Maria Eugenia Ballivian

    • 4 años ago

    Tere, no dejes nunca de escribir, en estos momentos se necesita mucha esperanza y eso tú lo transmites. Son momentos difíciles y que pueden ayudarnos a ser mejores, más humanos y solidarios. Agarrémonos de la mano del Señor para que nos ayude a caminar.

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