Blog

IMG_6669

Antes de la pandemia, vivía la época navideña en medio de una vorágine de actividades que iban desde la decoración de mi casa hasta un sinnúmero de eventos sociales. La Navidad la celebraba principalmente el 24 y 25 de diciembre en reuniones familiares y asistiendo a misa ambos días. 

Pero el año pasado, por primera vez, viví la Navidad en su real sentido cristiano: preparándome para recibir al Niño Jesús. Y al tomar esa decisión, ese espíritu de preparación contagió a todos en la casa y realizamos por primera vez en familia la corona de Adviento. Los cuatro domingos previos al nacimiento del Niño Jesús nos reunimos para prender la vela que correspondía a cada día y de esta forma nos fuimos preparando para ese momento. 

Lo que propició este ambiente de recogimiento fue estar juntos en medio de las restricciones estrictas por la pandemia y con mucho miedo al contagio por no tener aún la vacuna. Por ello, todas las actividades se desarrollaban en la intimidad del hogar. 

Este año, la Navidad ronda de nuevo todos los comercios desde el mes de septiembre. Es comprensible, ya que vivieron meses muy difíciles y además muchos negocios tuvieron que cerrar. Además, se han reanudado los eventos sociales a tal punto que tengo agendadas varias reuniones con amigos y familia para el mes de diciembre. A esto se suma que participaré en varios bazares navideños para promover mis libros. 

Pero lo que tengo claro es que quiero vivir otra vez el tiempo de preparación para recibir al Niño Jesús de forma intensa como lo hice el año pasado. El reto es cómo lograrlo en medio de la bulla exterior ya que hay que vivir en el mundo, no podemos aislarnos.

La pandemia logró un sentido de recogimiento que no era sostenible porque el hombre es sociable por naturaleza. Así que el reto es lograr un balance y darles prioridad a las cosas que son realmente importantes, sin por eso dejar de compartir con amigos y familia.

Por lo tanto, decidí que este año quiero volver a decorar la casa. No quiero que esa tradición se pierda, pero ya no será el centro de la celebración sino un complemento. Lo importante es la preparación para recibir al Niño Jesús. La Corona de Adviento y el Nacimiento ocuparán otra vez el lugar de honor.

Me he dado cuenta de que, si yo tomo la batuta de las actividades en el hogar, el resto las sigue gustoso. 

El otro propósito que me hice este año es que la promoción de mis libros no será solo para generar ventas, sino para llevar mis historias a niños y jóvenes que no tienen la posibilidad de comprar los libros. 

Cuentacuentos en el Centro Las Mañanitas fundado por el colegio Las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús en el año 1999.

De modo que este periodo de espera lo viviré con mucha intensidad y el próximo domingo 28 de noviembre prenderemos en familia la primera vela de la corona de Adviento. 

Así que te pregunto,

¿Has pensado cómo vivirás el período de preparación para recibir al Niño Jesús en tu hogar?

La mayoría de las piezas de este nacimiento las heredé de mi familia. Cada año lo he ido haciendo más grande según la tradición heredada de mi suegra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.