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foto tere

Hace unos días recibí este mensaje de Laura Sánchez de Obaldía: «Tere, hola… me acuerdo de ti siempre porque tus turbantes me acompañan a diario y agregué más a la colección. Te agradezco muchísimo estar pendiente de mí. Qué linda. Pidiéndole a Dios sanar pronto.

Seguido me envió una foto con la pañoleta morada que tanto me gustaba a mí usar y me escribió:

«¡Mira! Es que me has salvado con ellas. Las pelucas dan demasiado calor». 

«Emoción total», le respondí… «me has hecho a llorar».

Y es que así fue. Solté a llorar como tenía tiempo que no lo hacía. Estaba en el estacionamiento de un centro comercial al que había ido a comprarle a mi esposo su regalo del Día del Padre.

«Viste que tocaste mi alma», me escribió Laura. «Diosito te puso bien puesta en mi vida. No llores, pronto lloraremos de felicidad».

Laura se refería a que en unos días la iban a operar para removerle el tumor con el cual había luchado por meses para que se redujera de tamaño. Llegar a este momento era un gran logro en su tratamiento.

Mi respuesta, cuando me pude calmar, fue:

«Te voy a decir lo que me pasa. Esas pañoletas tienen justo 6 años, porque yo empecé quimioterapia el 10 de junio del 2019. Han pasado tantas cosas… Ahora internalizo lo que han sido estos seis años. Y no sé, se me ha venido la idea de escribir un artículo sobre esto y no sé si podría citarte y compartir algunas fotos tuyas».

Laura enseguida me dijo:

«Sííí, con todo gusto. Claro que sí. Y me acompañas siempre. A donde vaya, vas tú conmigo. Porque no las suelto. Me las combino. Días buenos y otros no tan buenos, estás. Mil, mil gracias».

Mi fuego invisible se había encendido y solo quería sentarme a escribir este artículo. 

Hubo un momento en que el tratamiento de Laura no avanzaba dado que el tumor no se reducía de tamaño. Laura me dijo que sentía mucha ansiedad y miedo. Le dije que era normal sentirse así en momentos de incertidumbre y que uno no podía escaparse de vivirlos, de llorar, de gritar. Que en ese momento ella estaba en la barca, en un mar turbulento y con tormentas. Va a llegar un momento en que ese mar se va a calmar, le dije. Lo que más ayuda es no soltar a Dios, tenerlo bien cerca nuestro. Y bueno, le compartí mi idea de que Dios nunca nos manda nada malo ya que es un Dios de amor, el asunto es cómo cada quien decide vivir las cosas que nos pasan: solos o teniendo a Dios bien agarrado de la mano.

Cuando Laura me mandó esta foto me dijo: «Días buenos y otros no tan bueno, estás. Mil gracias»

Le aconsejé que hiciera lo que le diera paz, que es algo que he aprendido durante estos años en momentos de incertidumbre en que he debido tomar decisiones sobre mi tratamiento. Y fue lo que ella decidió: lo que le daba paz era abrir la puerta que la llevaría a extraerle el tumor. Eso significó seguir el plan de sus doctores, que casualmente también son los míos. 

Todo lo compartido con Laura ha sido posible ya que mis pañoletas llegaron a su vida. 

En el momento que leen este artículo a Laura la operaron con éxito y le extrajeron el tumor . Esto es un gran logro en su tratamiento y ha sido posible gracias a que ha abierto la puerta del cáncer con valentía. Si bien hay momentos en que se experimenta miedo, se llora, lo importante es sacudirse rápido y seguir abriendo puertas.

Conocí a Laura a través de su suegra, Bibi de la Guardia, quien fuera la psicóloga en el colegio Las Esclavas donde estudié. En la foto con Bibi con en la presentación de «Te ofrezco mis puertas» el 19 de noviembre de 2019.

Mis pañoletas son el recuerdo tangible de lo que viví hace seis años. 

Si bien, como digo en Te ofrezco mis puertas, tuve mucho miedo cuando me dieron el diagnóstico, me dispuse a abrir esa puerta desconocida que llegaba a mi vida con determinación. https://www.teredominguez.com/te-ofrezco-mis-puertas-2/

En el libro comparto que uno de mis mayores miedos era el momento en que perdiera el cabello, mi galluza. Pero no pasó nada, es más, disfruté no tener que estarme haciendo blower, sentir el agua caer todos los días en mi cabeza. Fue una liberación en ese momento ya que bastante tenía mi cuerpo con la bomba que estaba recibiendo para erradicar cualquier célula del cáncer que pudiera haber quedado suelta despúes de la cirugía.

Lo primero que te dicen cuando se te cae el cabello es si ya tienes tu peluca. Me habían prestado dos pero el calor al usarlas era insoportable. Así que pensé en usar pañoletas. Traté con unas que tenía en la casa, pero era muy dificil usarlas y se corrían. Busqué entonces en Amazon: Pañoletas para quimioterapia. Salieron cantidades, pero encontré unas que venían listas para poner, además de que eran muy suaves y había en muchísimos colores y diseños.

Las pañoletas fueron el complemento perfecto. Disfrutaba ponérmelas y hacerme los lazos de diversas formas. Por mi sobrina María Paola empecé a usar también aretes grandes que ella vendía en su boutique Joia Panamá. 

Incluso María Paola diseñó con su amiga Mayela dos pañoletas, las cuales se presentaron en un desfile de modas con sobrevientes de cáncer. 

Con María Paola y Mayela, luzco la pañoleta diseñada por ellas el día del desfile de modas realizado una vez terminé la quimioterapia.
Parte de las guerreras que participamos en la pasarela en el hotel Sheraton.

Mi libro se publicó el 19 de enero de 2019. En enero del 2020, cuando me empezó a crecer el cabello, guardé las pañoletas en una caja muy linda. Alguien me dijo que por qué no las donaba al Oncológico, pero no pude. Tenía demasiado apego con ellas: las pañoletas me acompañaron en todas las puertas que abrí durante los meses de tratamiento. 

Veía la caja en el cuarto y pensaba: ¿las tendré que usar otra vez? Pero rápido desechaba la idea. Fue natural empezar a prestarlas, surgió sin mucho pensar. 

En estos seis años las han tenido diversas sobrevivientes de cáncer. Siento que una parte de mí las acompaña en su propia travesía. El otro acompañante sin duda ha sido Dios, en cada uno de los viajes que las pañoletas han emprendido, Él ha estado allí. 

Sandra de Cabarcos, estuvo conmigo en el 2019 dándome sabios consejos. En 2021 la diagnosticaron con cáncer de mamas y en el 2023 cáncer de endometrio. En total, en ambos tratamientos, recibió 50 radioterapias. La última vez también quimioterapia.
Isabel Cardoze luce la media peluca que también yo usé. Ella me compartió que las pañoletas le dieron nuevamente confianza una vez perdió el cabello por la quimioterapia. Isabel tuvo las pañoletas antes que Laura.

Gracias, Dios mío:

Por estar sana.

Porque mis pañoletas han sido fuente de amor, de confianza.

Porque gracias a las pañoletas he conocido a Laura y a tantas sobrevivientes de cáncer que me han ayudado a ser una mejor persona.

Gracias, Dios mío, por permitirme escribir mi primer libro en un momento tan difícil.

Video de Lanzamiento de «Te ofrezco mis puertas».

Comments(11)

    • Sandra Cabarcos

    • 3 semanas ago

    Querida Tere,

    Estoy segura de que hablo por todas cuando digo que tus hermosos pañuelos fueron mucho más que un gesto: fueron un abrazo, una caricia al alma en esos días difíciles de quimioterapia. Nos prestaste no solo color y belleza, sino también amor y fuerza cuando más lo necesitábamos.

    Gracias, de corazón, por tu generosidad y por ayudarnos a sentirnos bellas incluso en medio de la tormenta.

    Con todo mi cariño,

    Sandra

    • Laura Sánchez

    • 3 semanas ago

    Tere querida:

    Muchas gracias por tanto. Para mi tus pañoletas son el toque de ánimo en este difícil proceso, al punto que he agregado más a la colección😄.

    Eternamente agradecida por tus consejos, por abrir tus puertas y por acompañarme en este duro pero a la vez, encantador camino a la sanación.
    Un abrazo grande para ti

    • Maribel Ventura C.

    • 3 semanas ago

    Querida Tere:
    Expreso mi más sincera admiración hacia ti y todas las personas que han pasado por estas pruebas tan difíciles. Le doy gracias a Dios porque en estos momentos me regala la salud, paz y alegria que sólo EL sabe dar.

    Un abrazote
    Maribel Ventura

    • Ruth De León Cochez

    • 3 semanas ago

    Tía tere hace 5 años también estaba en la misma, sus pañoletas me acompañaron en todos los momentos y le dieron el toque que necesitaba para sentirme bien. Sus pañoletas aún las sigo guardando con todo el corazón. Son las Pañoletas del Amor. Muchas gracias por todo el cariño en todos estos años y por abrir sus puertas y me alegro que todavía las sigue abriendo para aquellas personas que más lo necesitan. Un abrazo fuerte….

    • Clarisa Kelley

    • 3 semanas ago

    Tere muy bonito articulo. Que bien puedes ayudar otras personas y que bonito están la pañoletas

    • Antonio Porras

    • 3 semanas ago

    Precioso. Me encanto. Encomiendo la recuperación de Laura y de tantas otras mujeres que combaten con el cancer

    • Amelie Pella de Tejeira

    • 3 semanas ago

    Tere, gracias por el mensaje de fe y esperanza que ofreces a través de tu testimonio. Fui testigo de 10 años de valentía y lucha por parte de mi mamá quien sacó lo mejor de ella esos años . Le hubiese encantado conocerte y disfrutar de las pañoletas pues lucem hermosas y si ayudarían a dar ánimo. Felicidades por ese camino que sigues tan enriquecedor!

    • Eduardo Molino

    • 3 semanas ago

    Tere querida gracias por compartirme estas hermosas reflexiones. El amor y la fuerza que le regalaste a Sandra y a muchas otras guerreras que, adornaron sus cabezas con esas lindas pañoletas, queda en vuestras memorias y corazones, como recuerdo imborrable de haber vencido con la gracia de DIOS esa dura prueba.

    DIOS las bendiga a todas y cada una de ustedes y sus familias.

    Estás dejando huellas profundas y tocando muchos corazones, sigue adelante mi amiga.

    Te quiero y admiro mucho.

    • Mariana Boyd

    • 3 semanas ago

    Las pañoletas de Tere no son solo accesorios; son símbolos de amor, fortaleza y belleza en medio de la adversidad.
    Cada una lleva consigo un pedacito de esperanza, un abrazo silencioso, una caricia al alma.
    En los días más difíciles, fueron mucho más que un gesto: fueron compañía, identidad, y una chispa de luz que recuerda que, incluso en la tormenta, aún se puede sentir bellas, vivas y fuertes.

    Tere, abres tu corazón y acompañas a tantas mujeres en este duro pero transformador camino. Tus pañoletas son verdaderamente pañoletas del amor, y su impacto perdura en quienes las llevan con orgullo, gratitud y cariño.

    Abrazos,

    Mariana Boyd

    • Mayte (Sobreviviente de cáncer)

    • 3 semanas ago

    Waooo este post me ha traído tantos recuerdos.. Es increíble todo el camino recorrido durante estos 6 años, donde hemos pasado momentos difíciles, que nos han hecho más fuertes y, de la mano de Dios siempre, seguir adelante y apoyar a otras personas que están pasando por momentos similares a lo que nosotras ya hemos pasado. Gracias Tere por compartir! Bendiciones 💖

    • Gilma Romero

    • 3 semanas ago

    Admirada, respetada, una guerrera sonriente. Dios te siga bendiciendo para que sigas tu bendiciendo a otros a través del obsequios de pañoletas.

    Si hay que aportar a la compra de pañoletas, apoyaría…

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