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Los sucesos de estos días en referencia al brote del coronavirus me han hecho recordar el viernes 13 de noviembre de 2015. Ese día mi esposo Ramiro cumplía años y quiso reunir a toda la familia para cenar. Estábamos más de cuarenta personas en un pequeño restaurante italiano que quedaba en la bajada de Calle 50. El último en llegar fue uno de los sobrinos varones, quien nos informó sobre una serie de atentados en Francia que acababan de ocurrir. Las noticias que circulaban por internet eran confusas, pero lo cierto era que se habían dado simultáneamente en varios lugares.

¡Sentí que mi mundo se paralizaba! Ramiro y yo viajábamos a Barcelona ese domingo 15 de noviembre vía París por Air France. Habíamos planeado ese viaje con mucha ilusión. 

El festejo continuó, pero la atención de todos se había desviado hacia lo que estaban informando desde París. A las diez de la noche estábamos todos en casa.

Las noticias señalaban que seis ataques simultáneos en tres horas de pánico golpearon la capital francesa. No nos despegamos del televisor en toda la noche. En ese momento, no se conocía todavía el número de muertos y heridos, pero las cifras que se daban eran aterradoras. Pensaba en esos padres y madres que habían perdido a sus hijos. En las vidas truncadas por esa masacre sin sentido. París, un lugar de ensueño, era golpeada de la manera más brutal, en sus mismas entrañas.  Han pasado cuatro años y todavía recuerdo ese día como si fuera hoy. Murieron 137 personas. ¿Cómo estarán sus familiares y amigos? ¿Cómo se supera una pérdida así? No puedo siquiera imaginármelo. Le pido a Dios nunca vivir algo así. Le pido a Dios por las víctimas y por cada una de sus familias.

Ese día, obviamente, yo no podía pensar en tomar un avión a París. El miedo me dominaba. Al principio Ramiro se disgustó conmigo. Me decía que eso era lo que los terroristas querían: sembrar el pánico. Pero después, entendiendo la profundidad de lo que yo sentía, me dijo que decidiera si nos íbamos o no.

En ese momento de confusión, pensé en mi hermana Lisi, a quien admiro por tener un espíritu aventurero y mostrarse siempre optimista. Así que la llamé. Me contestó desde su carro, me di cuenta porque me hablaba desde el manos libres. Fui abierta con ella. Le dije que tenía miedo. Pero no sabía que María Laura, su hija y a la vez mi ahijada, me estaba escuchando.

—Tía —me dijo—, no sé si recuerdas que, en enero, yo estaba de viaje de quince años cuando ocurrió el atentado de Charlie Hebdo. Las mamás que iban con nosotras se quedaron también paralizadas, con miedo, pero al final decidieron que el viaje continuaba según lo previsto. Te puedo decir que yo nunca me había sentido tan segura como los cuatro días que pasamos en París, apenas una semana después del atentado. Todas las calles estaban repletas de policías. Es lo que te puedo decir para ayudarte a tomar una decisión.

No le dije nada en ese instante, salvo las gracias. Sin embargo, fueron esas sabias palabras las que me hicieron decidirme. 

—Nos vamos para Barcelona. No voy a dejar que unos terroristas me dañen la posibilidad de pasar unos días con mi hijo —le dije a Ramiro ese mismo día.

Viajamos según lo previsto. Y fue tal cual lo dicho por María Laura. Había una seguridad fuera de lo usual en el aeropuerto de París. Desde que nos bajamos del avión y nos dirigimos a migración, vimos a militares con una computadora portátil que les pedían a los pasajeros su pasaporte y los registraban. Esto nunca había pasado. Todavía en ese momento las noticias eran muy confusas. No se sabía realmente la cantidad de muertos. Pero yo me sentía mucho más segura. 

Barcelona resplandecía en noviembre de 2015.

Ahora que la Organización Mundial de la Salud ha declarado al coronavirus como una emergencia de salud pública y de preocupación internacional, tenemos que preguntarnos cómo vamos a reaccionar: ¿vamos a dejar que nos domine el miedo o vamos a seguir con nuestra vida siguiendo las medidas higiénicas que siempre deberíamos acatar? En la mayoría de los grupos de WhatsApp de los que formo parte están circulando videos, noticias, escritos alrededor de este tema. Les confieso que no los veo. No pierdo mi tiempo en eso. Lo que hago es ir a la fuente primaria de la noticia, me dedico unos minutos a actualizarme y ya. Si me pusiera a ver todos los videos, a leer todo lo que mandan, no estaría escribiendo este post. No estaría escribiendo mi novela. No estaría terminando de leer Fiesta de Ernest Hemingway, que inicié con mucho entusiasmo ya que es el libro de la tertulia del mes de febrero. Tampoco tendría tiempo para ir a la terapia ni para organizar temas financieros que se me enredaron durante la quimioterapia. 

Mientras escribía este post me enteré de la muerte de una guerrera. Estuvo muy enferma, entrando y saliendo del hospital. Batalló mucho, pero hasta el final mantuvo su sonrisa. Deja a su esposo y una hija pequeña. Así que, en honor a Maritza, porque este es su nombre, escribo hoy estas líneas. En honor a ella procuraré vivir cada día como si fuera el último sin dejar que nada me paralice. 

Una amiga, al contarle lo que había pasado, me preguntó si no me hacía daño seguir en el grupo de WhatsApp Guerreras Vencedoras. Enterarme de eventos tan tristes. Mi respuesta fue un rotundo no. Le dije que, al contrario, me hacen pisar tierra. Dar gracias a Dios por la vida. Y motivarme a hacer lo que me hace feliz. 

Comments(12)

    • Regina Fuentes

    • 4 años ago

    Excelente guerrera!!! Sigue adelante!!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Alma calma. Calma alma. Esa frase que me compartiste me acompaña siempre.

    • Nilena

    • 4 años ago

    ¡Sin miedo a nada!.
    Gracias Tere por compartir.

    Con amor.

    Nilena

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias por escribirme Nilena.

    • Myriam Lemos de Pretto

    • 4 años ago

    Tere que experiencia viajaron en un momento tan peligroso pero todo salió bien gracias a Dios.
    Este tema del virus si me preocupa y el viaje que mi esposo tenía programado ir en marzo a Portugal un congreso le dije que lo dejamos stand by un par de semanas .
    Si sigue expandiéndose prefiero que él no viaje.
    Gracias por compartir
    Bendición

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Myriam, tu eres de mente positiva siempre así que estoy segura que la decisión que tomaron en la mejor para tu familia. Gracias por estar siempre para mi.

    • MynaCale

    • 4 años ago

    Tere, recuerdo bien ese cumpleaños, tantas opiniones encontradas, GAD decidieron ir, en este caso tu motor era Pablo José y eso «no tiene precio», estar con los hijos es de las cosas mas gratificantes q Dios nos permite vivir. Paralizarse es de humanos pero tener coraje es de guerreros y en eso nos das cátedra

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Tu me has dado cátedra de lo que es dar, del amor incondicional. Gracias por escribirme.

    • Bibi

    • 4 años ago

    Gracias Tere. Al compartir tus miedos y preocupaciones y vencerlos, nos das fuerzas para enfrentar y vencer los nuestros. Dios te cuide y bendiga.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias por escribirme. Me alegro que sea así. Un abrazo y deseo que igualmente Dios te cuide y bendiga siempre.

  1. Great content! Super high-quality! Keep it up! 🙂

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Thenks for your message. Best Regards.

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