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Cuando estaba terminando de escribir Te ofrezco mis puertas, hice contacto con pacientes del Instituto Oncológico Nacional. Supe que les faltaba orientación sobre cómo manejar los efectos que pudiera ocasionar el tratamiento de quimioterapia. Fue entonces que decidí incluir algunos anexos en el libro que tocaran este tema, así como el plan de alimentación que yo seguí y la receta del caldo de hueso de res que me hacía mi cuñada Myrna. También me propuse llevar personalmente algunos libros a ese hospital.  

Desde hacía más de un mes me sentía ya lista para ir, pero se suscitó la fractura del pie que retrasó mi propósito, así que tan pronto el doctor me dijo que podía apoyar el pie, me dispuse a concretar esa visita.

Al comentar mi deseo con algunas amigas me dijeron que estaba próximo a celebrarse el Día de las Buenas Acciones, que por qué no lo hacía en esa fecha. Entré a Google para conocer del tema y me di cuenta de que es una actividad a escala mundial de la que Panamá forma parte. Si bien en principio lo consideré, preferí descartar esa idea. Me dije que no quería encasillar mi visita. Mi decisión de realizarla era un acto de amor. 

Por esos días continuaban las alarmas por el coronavirus y me enteré de que incluso habían suspendido todas las actividades y serenatas tradicionales del 14 de febrero en el Instituto Oncológico como medida preventiva. Pero mi deseo seguía en pie. Decidí contactar entonces a FUNDACÁNCER. Le pedí a Alexandra Castro, con quien coordiné la donación de los 500 libros, que por favor me consiguiera la autorización para ir el jueves 13 de febrero. Me dijo que lo veía difícil, pero que haría el intento. El lunes 10 de febrero me respondió que sí podía ir, pero acompañada solo por dos personas, de modo de evitar cualquier tipo de aglomeraciones en el hospital. Yo contaba ya con varias guerreras y muñecas que me habían dicho para acompañarme. Sin embargo, la instrucción había sido clara: solo tres personas. Decidí que mis compañeras fueran Julieta y Vicky. Nos recibirían por parte de la fundación Moisés Ruiz a las 9.00 a. m. del día pautado.

Julieta De Diego de Fábrega, Vicky García de Kupfer y yo en compañía de Rosa Cedeño y Moisés Ruiz de la oficina anexa de FUNDACÁNCER en el ION.

Julieta y Vicky llegaron a mi casa temprano ese día y de allí salimos con un señor que contraté para que manejara mi carro. Me habían dicho que la entrada al hospital era complicada y yo todavía no podía caminar con prisas. Además, hasta ese día usaría el scooter, así que necesitaba ayuda para bajarlo y subirlo del carro. 

Llegamos puntuales. Moisés nos dijo que la entrega sería a los pacientes que estaban recibiendo quimioterapia, distribuidos en tres salas. En cada una de las salas había un promedio de doce pacientes. Acomodamos los 40 libros que íbamos a donar en unas canastas muy lindas que tenían en las oficinas de la fundación.

Nos dirigimos a la primera y Moisés anunció que había llegado una visita que les tenía de regalo un libro y me pasó la palabra. En cada una de las salas improvisé unas palabras del por qué me encontraba allí. La verdad no había pensado que tendría que dar una presentación, pero así lo hice. Julieta y Vicky tenían las canastas y, mientras yo hablaba, iban repartiendo los libros entre los pacientes. Ambas también tomaron la palabra en varias ocasiones. No hubiera podido hacerlo sin su apoyo. 

Recuerdo muy especialmente a Antonio, quien se encontraba en la primera sala. Cuando regresé de vuelta al terminar el recorrido, quiso que le firmara el libro y me dijo lo siguiente, con la página del prólogo abierta:

—Usted sí que es un regalo inesperado para mí. Quiero que la dedicatoria me la escriba en esta página. 

Y eso fue lo que hice. 

Una de las enfermeras también dijo algo muy hermoso, que fue repitiendo en cada una de las salas:

—Aquí está Tere ofreciéndole sus puertas, ahora ustedes deben abrir las suyas para sanar.

Si bien los 40 libros ya se habían repartido, en el carro tenía siete adicionales, justo los que necesitábamos para completar la entrega a otros pacientes que habían llegado antes de que nos fuéramos. Vicky y Julieta estuvieron pendientes de esta logística. Un doctor cuya hija tenía al día siguiente una cita en referencia a problemas en los ovarios, me dijo que el libro le había llegado en el momento preciso. Durante nuestra visita pude ver también en acción a las señoras de la fundación ADAVION, que repartían comida y bebidas. 

La visita al Instituto Oncológico me hizo tomar aún mas conciencia de lo afortunada que soy de haber recibido atención médica siempre en hospitales y centros privados. Los pacientes en el ION están solos durante buena parte del tiempo que dura la aplicación del elíxir de vida, como lo llama Maritza, una muñeca valiente. Si bien pude constatar que el personal de enfermería era muy amable, ningún familiar ni amigo podía estar con ellos. La mirada de muchos era triste, muy triste. Pero la mayoría irradiaba esperanza y espíritu de lucha, como el de Ana, a quien después de veinte años le había reaparecido un cáncer y decía que no se iba a dejar. O Melissa, que ese día recibía su segundo ciclo. Mientras le firmaba el libro me contó, sin quejarse, que su abuela cuidaba a sus cuatro hijos pequeños y que su mamá la había acompañado y la esperaba para salir. Su esposo trabajaba en el Corredor Norte. También me confesó que la quimio la había puesto muy sensible a los olores, así que llamé a Julieta que había pasado por lo mismo durante su tratamiento y podía aconsejarla.

Ramiro, mi esposo, estuvo conmigo en todas las sesiones de quimioterapia.

Siempre dije que quería ser voluntaria en el Hospital del Niño, pero nunca lo había hecho y ahora el destino me llevaba a este hospital donde se lucha por la vida de una forma heroica, porque eso son todos esos pacientes: héroes. 

Estos días después de la visita me he estado preguntando dónde estarán los 47 libros que al final regalé. Qué rincón ocuparán en las casas de cada uno de esos pacientes. Solo espero que les sea de utilidad. Que las puertas que les compartí les ayuden de alguna forma a abrir las suyas. 

Comments(23)

    • Angelique de Burgos

    • 4 años ago

    Mi Tere guerrera y valiente. Te has tomado tu misión muy a pecho. Papa Dios sabia que confiaba en ti por lo dedicada y amorosa que eres. Este fin de semana tuve la oportunidad de pasar un tiempo con una pareja de amigos donde es el esposo quien padece de cancer. No dude en entregarle el libro que me diste a su esposa. Para mi sorpresa me dijo: “lo vi en en consultorio del Dr. Bares. En ese momento pense adquirirlo pero por alguna razón me enrede y me fui sin hacerlo. Definitivamente Dios quería que llegara a mis manos.”
    No te imaginas todo el bien que haces y seguirás haciendo al darle aliento y guía a tantos enfermos que se sienten desorientados. Que Diosito te bendiga siempre por lo que haces. Un abrazo.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Angelique, gracias por compartirme este testimonio y por tus palabras inspiradoras. Estoy tan feliz que Te ofrezco mis puertas esté en manos de tus amigos. Espero que el esposo se estabilice pronto. Un abrazo.

    • Luisana

    • 4 años ago

    Te felicito porque tu problema de salud ha servido para ayudar a otros, que es lo que debemos hacer, ayudar a los demás en lo que se pueda.
    Después que leí tu libro fui a hacerme mi chequeo anual de rutina, y le dije a la ginecóloga que me indicara el examen transvaginal. Ya me lo hice porque lo considero muy importante. Gracias por recomendarlo en tu libro.
    Espero en Dios que toda tu lucha se convierta en salud y más salud para ti 🙏🙏🙏

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Me alegro mucho que haya podido realizarse el examen. Gracias por sus palabras de aliento. Le pido a Dios cada día que me siga dando fuerzas para poder apoyar a más personas.

    • Rossana Cedeño

    • 4 años ago

    Muy bello!! Tu dedicación y ejemplo son un Beacon of Light!!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias Rossana por tu mensaje.

    • Linette de León

    • 4 años ago

    Puedes estar segura que los pacientes que recibieron tu libro , van a sacar cosas positivas y muchos lo usarán de referencia, y sobre todo creo que compartirán muchas de las experiencias que detallas allí. Créeme que a veces sin saberlo uno ayuda mucho y da esperanza . Te felicito por esta labor desinteresada !!!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias Linette. Confío que sea así. Gracias por escribirme

    • Maritza Pino G

    • 4 años ago

    Tere, que hermosa vivencia vivida en su tiempo y momento indicado. Gracias por citarme en tu escrito. Me conmovió cada palabra.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Me alegro que te gustó. Gracias a tí por tu apoyo. Eres una persona de luz, de las que quiero tener siempre a mi lado.

    • MynaCale

    • 4 años ago

    Tere, el titulo de tu libro es lo que has hecho durante el ultimo año.,… increíblemente Dios te ha ido guiando. De querer ser voluntaria en el hospital del niño a pasar hacer una obra tan linda a pacientes drl ION, que como bien describes pasan largas horas sin un familiar al lado. Ese calor humano y detalles para ellos, es lo que los alienta ha seguir adelante 🙏

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Que bella reflexión. Mira que no lo había visto así. Estaba pensando en lo que el libro hará por ellos y no en que la visita de por sí había sido un momento de calidez humana y apoyo para ellos. Gracias por hacérmelo ver.

  1. Great content! Super high-quality! Keep it up! 🙂

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Thanks again for your support. Best Regards.

    • Angela Healy

    • 4 años ago

    Belleza Tere. Los últimos 2 párrafos me erizaron la piel. Por supuesto que tu libro les será de utilidad y también tu visita en carne y hueso!

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias por escribirme y por la confianza que me das con tus palabras.

    • Bibi

    • 4 años ago

    Tere, las palabras brotan de tu pluma con fluidez, naturalidad, candidez, sencillez. Salen de tu corazón y de tu voluntad de compartir para hacer el bien. Estás llevando a cabo una misión con mucho amor y tocando muchas vidas. Gracias.

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Que lindas tus palabras. Gracias por escribir y compartirme tu sentir al leer el post.

    • Eduardo Molino Paz

    • 4 años ago

    Gracias Tere por compartirlo….haces el bien sin mirar a quien y esparces bondad y cariño al caminar….hoy ves la vida de otra forma y prestas atención a los detalles pequeños, lo material paso a tercer plano….

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Así es … lo material pasó a tercer plano … me siento de esa forma. Gracias por escribirme.

    • Myriam Lemos de Pretto

    • 4 años ago

    Mi querida Tere cada vez que leo tus mensajes me deja una huella en mi corazón .
    Tú dolor y experiencia lo trasformaste en una riqueza espiritual tan grande que es lo que te impulsa día a día en hacer cosas maravillosas como visitar el hospital donde están personas viviendo tu experiencia pero muchas no afortunadas están solas luchando .
    Visitar estas personas hablar con cada una regalarles tu libro es una obra divina y Dios te acompaña en esas visitas .
    Hoy en misa me acordé de ti Monseñor Emiliani decía un verdadero Catolico es el que vive una situación un dolor y lo transforma en gozo en un aprendizaje personal y para ayudar a los demás .
    Bendición

      • Tere Dominguez

      • 4 años ago

      Gracias por compartirme el mensaje de Monseñor Emiliani. Me llena de gozo. A veces soy muy exigente conmigo misma queriendo hacer más. Hay una frase que me dijo una amiga: Alma Calma, calma alma. Me serena y me hace ir poco a poco. Sin prisas se que Dios está siempre a mi lado y pone en mi camino amigas como tú, que quiero tener por siempre a mi lado.

    • Anne

    • 4 años ago

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