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Martes 19 de noviembre de 2019.

Primeramente quiero agradecer a Luis Yslas Prado, mi editor, por haber viajado desde Lima. Él es quien realmente sabe cómo logré escribir mi primer libro durante los seis ciclos de quimioterapia.  

A Giulia De Sanctis por su amistad de tantos años que hoy se sella con sus palabras.

Desde que le participé a la doctora Michelle Smekens que presentaría el libro se mostró entusiasmada y hoy está aquí con su esposo. En sus más de quince años de práctica, tratando a personas  con cáncer, soy la primera paciente que escribe un libro y me dijo que no podía perdérselo. Ella me acompañó desde antes de iniciar el tratamiento en lo referente a mitigar los síntomas de la quimioterapia y elevar mi sistema inmune. 

Fue así que no tuve ninguno de los efectos propios de mi protocolo y tampoco, en todo el tratamiento, se vieron alteradas mis defensas en forma considerable.  En este momento, después de haber terminado la quimioterapia, mi enfoque con ella es la parte preventiva. Es médico naturópata con un doctorado en este disciplina  y miembro de la junta americana de oncología naturópata . Labora en Chicago en el Centro de tratamiento de Cáncer de las américas. Uno de los anexos del libro fue autorizado a publicar por ella y será ahora de todos los lectores de Te ofrezco mis puertas. Gracias Sheli. Podrías por favor ponerte de pie para que te conozcan.

Sheli llegó a mi a través de Marivi González, quien es coach de nutrición certificada. Sabía de ella a través de su esposo, amigo y socio, Alfredo Motta. Al darme la noticia que tenía cáncer, que me tenían que hacer quimioterapia me dispuse a prepararme, a estar fuerte para soportar el tratamiento. Uno de los anexos del libro fue autorizado a publicar por Marivi. Ahora el plan de alimentación que yo seguí será parte de los lectores de Te Ofrezco mis puertas. Gracias Marivi.

También estoy muy contenta que la profesora Ileana Gólcher esté  hoy aquí. En el año 2017, en su seminario taller me reinicié en la escritura que había dejado dormir por años. Con ella aprendí la importancia que hay que darle a la presentación de un libro. Los trámites del ISBN, ser creativo en el diseño de un libro, entre otras muchas cosas. Ella ha estado asesorándome  en forma desinteresada para este día. Gracias profesora. 

Mi cuñada, Myrna Rojas Pardini de Carles, autorizó publicar en otro de los anexos su receta del caldo de hueso de res que ella me preparó durante los ciclos de quimioterapia. Por eso y muchas otras cosas que descubrirán en el libro la llamo: mi ángel culinario. Gracias Myrna.

Está también aquí Aida. Mi mano derecha en la casa. Ella me cuidó desde el día uno. Gracias Aida de todo corazón.

Ahora bien, hay dos personas que me hubiera gustado que estuvieran  hoy aquí:  Julieta de Diego de Fábrega y Elvira Navarro. 

Julieta, me ha acompañado desde el día que me dijeron que tenían que hacerme quimioterapia. Ella fue la primera que me habló de las puertas y que en la vida no podemos detenernos ante las que nos toquen abrir. Hay que seguir, avanzar y atreverse a descubrir lo que esté detrás de cada una. Julieta escribió el prólogo de Te Ofrezco mis puertas al cual tituló: Un regalo inesperado.

Elvira se convirtió en mi tutora en el proceso de escribir mi novela. Al leer  por primera el Epílogo del libro al que tituló Un espejo maravillo, supe algo de su vida que me estremeció profundamente. Reafirma que las casualidades no existen. Ustedes lo descubrirán al leer Te ofrezco mis puertas.

Ambas dejaron un video para compartirles esta noche.

Al leer el libro irán viviendo las puertas que tuve que recorrer a partir del diagnóstico. Los sentimientos que enfrenté, los miedos, las dudas.

Explico como surgió el grupo Mi aventura, al cual la periodista Solangel Hurtado Mendoza, de la revista Ellas, en la entrevista que me hizo denominó: Mi diario del cáncer por WhatsApp. 

El grupo lo abrí el 11 de julio, y desde ese día se convirtió en mi conciencia. 

Esto que les digo lo realicé con el paso de los meses. Al irse construyendo en el una historia, mi aventura, al ir avanzando en un ciclo y otro de quimioterapia. Así ha sido hasta el día de hoy. 

Al estar preparando estas palabras, lo fui recorriendo todo. Rememoré cada una de las etapas vividas, las reflexiones realizadas.

Hubo un día que me grabé para responder videos que me mandaban mis amigas que estaban en la Chichita de Las Esclavas. Al compartirlo después en el grupo, causó tal sensación y gracia, que a partir de ese momento alterné los escritos con las filmaciones que yo misma me hacía. Ahora bien, a partir de hoy, el canal de you tube, que hasta ahora he mantenido privado para los 111 integrantes del grupo, estará abierto. En esos videos comparto las experiencias, mis sentimientos, miedos. A veces se ríe ante una buena noticia, se llora, se duda…

Nos une la esperanza, la fe, el optimismo de lograr vencer la adversidad. 

Las vivencias, mis sentimientos hasta el día de hoy las conocen los integrantes Mi aventura y mis más cercanos familiares y amigos. Los integrantes del grupo fueron  entrando por olas pero la mayoría están desde el día uno. Ellos son quienes tienen la continuación del libro, porque saben todo lo que ha acontecido desde que entregué Te ofrezco mis puertas a imprenta el 7 de octubre.

Gracias a todos los integrantes de Mi Aventura que lograron inspirarme para escribir este libro.

En Te ofrezco mis puertas  la prevención tiene un protagonismo importante dado que en mi caso marcó la diferencia. De hecho, una de las motivaciones para escribirlo fue la prevención.

El ultrasonido transvaginal anual que opté por hacerme hace diez años para verificar mis ovarios, cuando tuve una histerectomía parcial sólo de útero, permitió ser de las afortunadas y estar en el 15% en que este tipo de cáncer es diagnosticado en etapa temprana. Esto incluye el cáncer en las trompas de Falopio, que fue mi caso, el de peritoneo y en los ovarios. Esto está basado en estadísticas de los Estados Unidos. En Panamá, no hay estadísticas desde el 2017.

Tampoco hay una campaña integral de prevención con los otros cánceres ginecológicos, de mama y útero. No se incentiva también a ver cómo están los ovarios al menos una vez al año. No se incluyen descuentos en el ultrasonido transvaginal como una herramienta para arrojarle indicios al medico.  De hecho la cinta aqua, que es el distintivo de la campaña de concientización del cáncer de ovario, aquí en Panamá no es conocida. 

Tere luciendo los colores de la cinta del cáncer de ovario

En el libro amplío este tema sin caer en un tratado científico. No es mi intención. Sólo compartir mi experiencia del papel que la prevención hace entre una oportunidad de vida y la muerte.

Soy una afortunada y a partir del diagnóstico sólo he recibido bendiciones. He tenido la dicha de tener las mejores atenciones médicas. Por tanto, al ir avanzando en la escritura e ir tomando forma mi primer libro, decidí que quería donarlo.  Devolver así al menos algo de lo recibido. No sólo por lo que se logre con la venta, sino dejando plasmado en Te ofrezco mis puertas todos los secretos que me permitieron enfrentar la noticia del cáncer, de la quimioterapia siempre con mente positiva. 

Una vez la decisión tomada y mi deseo ser acogido por Ramiro, mi esposo, empezó la tarea de ver a qué fundación o entidad le donaba el producto de la venta de los 500 libros.

En ese proceso pude darme cuenta de la cantidad de fundaciones y grupos que están involucrados en la lucha, prevención, apoyo a familiares, en la realización de exámenes así como los grupos que apoyan directamente al Instituto Oncológico. En fin una red de apoyo que sin los voluntarios que donan su tiempo y su entusiasmo no serían posible.

Entre esas resaltó en seguida Fundacáncer. Desde el mes de agosto aproximadamente, Julieta me invitó a formar parte del grupo de WhatsApp: Guerreras Vencedoras contra el cáncer.  Alexandra Castro, quien es la Directora Ejecutiva de esta fundación, forma parte de este grupo y fue quien me mandó la información de todo lo que hacen. Yo, que estaba pasando por el caminar de alguien con cáncer, recibiendo el mejor tratamiento, no podía si quiera imaginar las dificultades que alguien sin recursos tendría que atravesar para salvar su vida. Y Fundacáncer abarcaba todos los aspectos que yo había tenido que enfrentar. Así que la decisión no fue difícil.

En ese momento no sabía que el doctor Juan Pablo Barés, quien además es mi oncológo en Panamá, era su presidente. Al saberlo se reafirmó aún más la decisión que había tomado. Él junto con el doctor Jorge Lasso de la Vega me ayudaron en la parte científica de la crónica.

Tere con el doctor Juan Pablo Barés el día del último ciclo de quimioterapia

Ahora me gustaría llamar al Dr. Juan Pablo Barés para hacerle entrega de mi «primera» donación. Tengo mucho que agradecerle y si mi esfuerzo en algo ayuda a completar alguno de los múltiples proyectos de esta fundación me sentiré honrada. Gracias Doctor Barés.

Momento en que Tere hace entrega de la donación simbólica de los 500 libros.

Volviendo a las casualidades, durante la quimioterapia me cuidé muchísimo. A Ramiro y a mi nos gusta ir al cine y la opción durante esos meses era Soho Mall tandas antes de las cuatro de la tarde que está vacío. 

Uno de esos días al salir, escuchamos una música en vivo muy agradable. Nos asomamos desde el balcón del tercer piso y vimos a un duo: 

el hombre con una guitarra y la mujer, delgada, alta, exótica cantaba y bailaba. Decidimos bajar y nos sentamos a escucharlos. 

Ese día yo tenía puesta la media peluca con una bandana tipo pirata. En uno de los recesos ella se me acercó y me dijo que le encantaba como iba vestida. Así nos conocimos. 

Al enterarse que estaba por presentar mi primer libro y saber que la canción en la Cima del Mundo de los Carpenters era citada en el mismo, me dijo que ella me la regalaba para el día del evento. 

Así que hoy Carla está aquí, no sólo para regalarme a mi esta canción sino para regalárselas a todos ustedes.

AHORA SI, PARA FINALIZAR, QUIERO APROVECHAR PARA DAR LAS GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE ME AYUDARON A ABRIR MIS PUERTAS Y QUE A PARTIR DE HOY SON DE TODOS LOS LECTORES DE TE OFREZCO MIS PUERTAS.

SOBRE TODO A RAMIRO, MIS HIJOS PABLO JOSE Y JUAN ANTONIO QUE VIVIERON CONMIGO, DÍA A DIA, ESTA EXPERIENCIA.

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